La palma de mi mano huele a ti
mientras la noche se escurre
como una tinta invisible
detrás de las cortinas. Te huelo
en lo desconocido de un cristal,
en el áspero Merlot dentro de mí
a la intemperie de tu olor, que está
sumergido vaya uno a saber dónde.
Lave mis manos antes de tomar café,
luego volví a enjabonarlas,
las perfumé de colonia barata,
gentileza de hotel cuatro estrellas,
las hundí en otras aproximaciones cálidas,
pero es inútil. Aun así,
la palma de mi mano huele a ti.
Texto agregado el 23-07-2017, y leído por 107
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