Dónde marchó, pajarito cantor
Tu trino de oro y melancolía
La melodía que acompañaba nuestro amor
¿acaso escapó un buen día?

Dónde marcharon aquellas mariposas
Que de nuestras almas emigraban jubilosas
Y nos llevaban en sus alas a la sublimación
Con un simple beso, una frase o una canción.

Qué fue de aquella princesa japonesa
Que adornaba su mesa con flores de papel
Y me esperaba al pié del cerezo
con un beso y sus ojos de realeza.

Me debes muchas noches
Devuélvemelas una a una.
Me debes muchos besos
Devuélvemelos uno a uno
No te voy a perdonar ninguno.

Te voy a orbitar como un cometa
De cola larga
Me voy a dormir sobre tu falda
Para soñar con tu silueta

Quizás a veces no me veas ni me halles
Soy apenas un pequeño barco en tu océano
De tormentas, relámpagos y truenos
Pero llevo siempre conmigo, tu insignia marinera.

Sé que no te has ido
El universo sería pequeño para huir
Deja fluir de nuevo la sangre
Que los sueños desciendan al alma
Que las rosas estallen en ardiente primavera
Que la seducción nos consuma en lento latir

Tu breve ausencia será olvidada historia
Y volverá en gloria nuestro eterno amor
Ya te siento venir, eres mi música conocida
Alborada eterna, destino y porvenir.