De ese día de la semana me queda
el recuerdo de mis ojos viendo tu espalda,
tu cuello sesenta veces besado
y lo desprolijo de tu cabello al levantarte.
El inevitable mohín de tus labios
cuando mi mano te dibuja corazones
de los hombros hacia abajo.
De ese día de la semana me queda
un abecedario de sonidos extranjeros.
que pronuncias con ojos cerrados
cuando pierdes el equilibrio,
y la cordura y la vergüenza y el orgullo.
como antes perdimos la ropa
y el rojo de tus labios se perdió definitivamente
en algún recoveco de mi cuerpo.
De ese día de la semana nos queda
un callejón repleto de tiempo,
resonancias saladas sobre toda la piel
y la bronca de que sea tan cortas
las horas en ese día de la semana.
Texto agregado el 22-07-2017, y leído por 115
visitantes. (9 votos)
Lectores Opinan
22-07-2017
Hmmm...me llevás sin vueltas a mi propio día de la semana. Gracias. MujerDiosa
22-07-2017
Las horas de ese día particular de la semana,quisiéramos hacerlas eternas...pero son tan cortas...UN ABRAZO. gafer
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