Poema
EL TIEMPO PASA Y ALGO QUEDA
Siempre algo queda,
aunque el tiempo pase…
Sí, el tiempo pasa y sigue pasando,
el tiempo pasa y los años quedan.
Sí, quedan en las sienes, quedan en la piel
y quedan en el alma.
Los años quedan…
Quedan con sonrisas, con risas, con llantos
y quedan con heridas.
Quedan alegrías, quedan dolores.
Quedan hijos, quedan esperanzas, quedan sinsabores.
Queda un bife que se quema mientras escribo
y queda un Martini que se seca más de lo debido.
Queda todo, queda nada, quedan rescoldos.
Quedan recuerdos y caminos olvidados.
Quedan proyectos en itinerarios truncados.
Pero al final también quedan alegrías,
alegrías reflejadas en pequeñas e inocentes sonrisas
y a veces en un guiño solapado en la parada de autobús.
Y quedan…
Quedan vítores por vallas superadas,
laureles en metas alcanzadas,
diplomas de hijos triunfadores,
y recuerdos de travesías realizadas.
También quedan palmadas en la espalda
y escondida en el recuerdo alguna aleve zancadilla.
Siempre queda el dolor o la alegría de una copa consumida,
al igual que el exquisito sabor del manjar humilde
que alguien sin esperar nada te brindó en una mesa del camino.
¿Qué más queda?
Quedan los anuarios de los años vividos
y aún… y aún queda tiempo por vivir.
Incluido en libro: Cuando las letras vuelan
©Derechos Reservados.
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