El mundo no se detiene, gira y gira, algunos llegan, otros se van, la cuestión que nunca para. La vida de quienes lo habitan es una fenomenal y mega obra de teatro, donde cada uno nace con un libreto establecido, algunos con papeles protagónicos y afortunados, otros actores de relleno y marginados. Pero si algo tienen en común estos dos grupos es que entre sus filas se encuentran seres dispuestos a romper con esos libretos y luchar por un lugar en la dirección de la obra o incluso salirse de ella
A veces se los mira raro, se los llama locos, y haciendo girar el índice por sobre sus cabezas los marginados se burlan de ellos, que en realidad son los únicos que pueden girar algo en esta bola achatada y maltratada a la que llamamos planeta.
Algunos son artistas, otros activistas, barrenderos, profesionales, investigadores y muchos más, que postulan sus ideas buscando romper los argumentos de esta historia teatral.
Mientras la gente vulgar lo único que puede girar es el dedo en su cabeza, ellos giran el mundo con sus revolucionarias ideas, intentando incluso darles a estos actores de reparto un mejor papel en la obra; obra a la que ellos ya no pertenecen ya que tampoco les interesa el cruel papel del director.
Increíblemente el relleno cree que ocupa un lugar importante y relevante, ya que el director les hace creer ello, para contentarlos y tenerlos bajo su dominio; como también les hace creer que los locos son locos y tal vez lo sean, por querer hacer girar un mundo cada vez más estancado en los eternos actos de la naturalizada producción teatral, lo cierto es que ni los locos ni los raros se darán por vencidos, y allí estarán haciendo girar el mundo.
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