La justicia de los injustos que tienen manchados sus dedos acusadores, la indiferencia de quienes pusieron en tí los ojos de sus negocios, el populismo gobernante derrocado por los acreedores poderosos, los representantes del pueblo que debaten los intereses de lobbystas de turno, la inequidad de fuerzas entre el Poder y la energía combativa de los relegados, las caras pintadas de desesperanzas sumergidas en diarios y cartones, las valijas vacías de alegrías que exilian mentes llenas de brillantes ideas, te hacen lucir un cierto óxido generado por las aguas turbias que te aquejan, me hacen mirarte con la lente nostálgica de quienes recuerdan tus glorias vencidas. ¿Qué peor daño pueden causarte, Argentina, sino las dudas de tus chances de mejorar?
Te eligieron, granero del mundo, sede del ministerio de los bolsillos descocidos, de las torturas democráticas de gritos ahogados por el hambre de millones de tus hijos, de las voluntades desganadas aunque desesperadas, apuradas a destinos inciertos
de quienes tropiezan sin caer en las trampas de las búsquedas del digno derecho a vivir. Te convirtieron, modelo privilegiado de experimentos externos, en destacado deudor, crepúsculo, inescrupuloso al reclamo acreedor, de defensas pregonadas en vanos discursos, pecador que depura sus debilidades ante los poderosos con aires de buenos en un Buenos Aires contaminado por los desechos de las venias a intereses impagos. Cayeron destronadas de anillos lujosos las manos que aplaudieron tu impar paridad y las luces apagadas de esplendor iluminan las ficticias opulencias de un pasado ¿mejor?
La casa no está en orden… Somos derechos y humanos inhumanamente retorcidos, obligados al despojo de las ilusiones de las almas que vuelan como pájaros sin alas, títeres de un show orquestado por directores manipuladores del trabajo de sus músicos, nadadores ahogados en las lágrimas de los náufragos que hicieron de las calles un hogar, guerrilleros desarmados de ideologías no corrompidas por derechazos globalizadores, ingenieros especializados en construcción urgente de puentes de solidaridad, apostadores de futuro sin preocupaciones de convertirnos en adictos al juego ¿perdido?, reyes de tierras ajenas, colonizados por desarmadores de industrias nacionales, desdichados masters empíricos de manejo de ingresos malheridos por golpes bajos, somos los quijotes manchados de Cervantes librando combate a los molinos de viento.
|