No se cómo empezar sin decir que no se cómo empezar!.
Las palabras son cosa seria y yo prefiero decir que no se antes profanar aquellos silencios que nos atraviesan...
Camino por la calle empedrada. El cielo se pone oscuro como cuando va a llover. El viento comienza a soplar cuando me sorprendo sobre mis pasos cortos. Continúo caminando porque no se me ocurre otra cosa, en una circunstancia como ésta, quien sabe que cosas se le ocurrirían a otro; pero a mi no. Quizá otro optaría por tomar un taxi, si es que llegado el caso viviese lejos, conversaría con el taxista acerca de lo caprichoso que se ha puesto el tiempo e intentaría justificarse ante él, ante sí mismo por este contratiempo o quizá buscaría refugio en alguna tienda o un restaurante cercanos y se sentaría a tomar un café y furmarse un cigarrillo y mirar mirar la lluvia, contar las gotas quizá! que se yo!!...quiza ése otro lo haría...pero yo no, yo no lo hago. Se me ocurre hacerlo, no lo voy a negar, pero las gotas redondas ya me resbalan sobre las sienes. Me detengo en la acera, al frente llama mi atención una casa...Unas amplias graderias la preceden... no me atrevo... no lo se... no sabría como describir esta sensación ante la simple visión de esas escaleras... ¿estaré perdiendo la inocencia? al fin y al cabo una escalera es sólo una escalera o así debería ser. Pienso que subir un poco no me hará ningún daño... pero me quedo mirando... estoy frente a la casa ...no se que extraña nostalgia ha venido de repente a habitarme ... no sé cómo decirlo!! Dios!! no sé nombrar lo innominable!!.... paso de largo. Ojala mañana pueda subir un escalón.