Morir,
cuando uno ya está muerto
es como llorar
con lágrimas ajenas,
- bastará -
desencarcelar a la decencia
y alcanzar lo inmortal
en la rosa desnudez
de tu cálida inocencia.
Hoy puedo morir
estando ya muerto,
- bastará -
cubrirme de tu piel
y beber de tus labios
hasta poder ver
el sol de éste mi último amanecer.
Sin embargo
aún sigo en tu jardín,
matando en una flor
la última agonía
y guardando en esta otra
el secreto que me atrae...
a morir de sed entre tus pétalos.
Texto agregado el 19-09-2004, y leído por 184
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Lectores Opinan
04-02-2006
Que triste es vivr a través del otro... muy bello... Saludos. Claudia. cikatriz_ciega
23-09-2004
Me gustó mucho el efecto que causa al leerlo. Es como un desafío al pensamiento de la muerte... y con una esperanza que no quiere morir a pesar de todo. gata_lectora