Una vez en un circo me sacaron de entre el público para actuar. Era una chica acróbata algo mayor que yo en aquél tiempo, mi hija de unos 5 años toda avergonzada, no sabía dónde se iba a meter, cuando me apuntó con el dedo diciendo:
-¡Usted!, ¿se atreve a acompañarme?
En ese instante mil ojos se vuelven hacia uno. Cuesta más decir que no, que decir que sí. La gente y "amigos-cabrones" se ponen a "animar". ¡GALLINA!, VENGA GRILO, murmullo, abucheo UUUÚÚ... empujones para que me pusiera en pie, la expresión NO HAY HUEVOS, el detonador de los zumbados. ¡Alea jacta est!.
¡Qué bochorno!. Mi papi en el escenario. Con las manos en la carita tapándose y con los dedos entre abiertos. Todavía lo recuerdo y hace como 20 años con su vestido rosa de verano. Era en feria del pueblo donde nací, sobre el 15 de julio.
Suerte que mi mujer no nos acompañaba, pero lo grabaron en video y se lo contaron después conocidos y "amigos".
La chica hizo el pino sin apoyarse en pared, y yo debía imitarla. La gente se tronchaba de la risa. ¡ELIGIÓ MAL!. No se esperaba que supiera hacerlo, y mucho menos que me pusiera luego a andar con las manos boca abajo, por todo el escenario. Malabares con anillas e idem. Por poco me contratan al acabar. Ja, ja...mi viejo me enseñó desde chiquitito y yo a los míos.
(Me lo recordó lo último de -Zepol)
Esas cosas no se olvidan, son como montar en bicicleta, pero debo prácticar. Nunca se sabe si algún día acompaño a un nieto/a y el DEDO ME VUELVE A APUNTAR.
Ahh...la chavala estaba de muerte. Guapa y cuerpazo!!. Dos besos me gané, pitos y palmas. Hay gente para to'
|