Camina la abuela
con solemne paso
y su olla guerrera
debajo del brazo.
Hay una larga fila de niños mugrientos
que abren sus bocas; los alimenta la abuela.
A éste, al de atrás y al que le sigue,
cucharada a cucharada,
quién sabe hasta qué paralelo.
A una de sus nietas
(la que mejor esconde volcanes tras la nuca)
le guarda un bocado de incendio.
Camina la abuela
con solemne paso
y su olla guerrera
debajo del brazo.
-Victor Lovera S.-
Texto agregado el 08-07-2017, y leído por 50
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