Miro en su boca pincelados con mágicos trazos de fantasía matices de colores ideados en versos de celestial poesía. Fueron sus labios el lienzo donde angelical artista plasmó con el talento más inmenso sonrisa que solo en sueños imaginó. Sonrisa que como una luna en fantástica noche estrellada brinda sin condición alguna su resplandor de mujer amada. Así de genial fue su pintura que al querer su gracia emular vio rendirse su razón a la locura de no poder aquello alcanzar. Y cómo podría haber igualado esa pintura de inspiración fugaz, que solo sintió en su mirada ¡solo suya, y de nadie más!
Texto agregado el 05-07-2017, y leído por 64 visitantes. (3 votos)