No te van a vencer
porque no quieres ser vencido,
ni los vestigios de tu amargura
han de hacerte frente,
ni las solidas palabras
que en tu pecho hoy se ensañan
No te van a vencer
porque ya antes te han vencido,
ni el más inexorable de los fracasos,
ni la carencia más relevante
dentro de las carencias,
ni el gélido mar de indiferencia,
ni la desigualdad que se traza de polo a polo
Vas a oler y palpar,
el agrio perfume del nuevo despertar
y de las calles vacías de antaño,
vas a basilar y recaer y soportar,
pero del día llegaras erguido a su final,
cansado, anémico o triste,
Llegaras como sea,
aunque sea solo en partes
Prevalecerás, como un lobo
entre la nieve y la hambruna,
como el hornero al construir su nido,
como la tierra curtida y la marcha del pingüino
Pero si acaso rompen tus barreras
y se posan a tu lado,
demasiado cerca las penas,
y sin darte ventaja te atrapan,
y sin darte un respiro te derriban,
y entonces (quien diría)
te encuentran tendido,
felicitaciones, considérate hombre,
pero jamás vencido.
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