Presentado en el reto "Escribe un cuento con la imagen propuesta" (la imagen muestra un hombre que aplaude sin parar ante una sala de espectáculos vacía).


Confusión:

Cuando lo vieron entrar al imponente teatro, ataviado con riguroso frac, impecable con su moñito blanco, bien peinado y con un inconfundible aire solemne, nadie le impidió el paso.

Horas después, los organizadores del evento entraron al salón a ultimar detalles para la presentación del ballet, y lo encontraron, con ese aire de seriedad y respeto ante el espectáculo que supuestamente estaba presenciando, aplaudiendo desaforadamente, sin parar, ante el escenario y la sala vacía.

Tardaron un buen rato en hacerlo reaccionar. Era como si le hubieran dado cuerda y los aplausos se sucedían acompasadamente y sin detenerse. Parecía un disco rayado escuchado por nadie, y sin que nadie se hubiera molestado, hasta el momento, en hacer parar.

Cuando al fin lograron hacerlo volver a la realidad el individuo se levantó con cara de preocupación y mirando el reloj increpó:

_ ¿Cómo? ¿El espectáculo no comenzaba a las dieciocho?
-No, no –le contestaron -El que comenzaba a las dieciocho horas es el de la sala número cuatro. En esta sala el espectáculo está previsto para las veintidós horas.-


PS: Los invito a leer próximamente mi segundo cuento titulado "El aplaudidor", ambos presentados independientemente, aunque en realidad son dos instancias que se relacionan.