A partir de hoy
Aunque desde muy pequeño fue mi norma la formalidad, en esta etapa de mi vida pienso que ha llegado la hora de ser más flexible, menos protocolar; de disfrutar más y ser, algunas veces, menos tolerante. Por eso, a partir de hoy voy a apartarme de costumbres que me perjudican para concentrar mis energías sólo en cosas positivas.
Cambiaré tristezas por alegría y haré galas de mi buen humor. No escucharé chismes, suposiciones ni críticas sobre la vida privada de los demás. Ignoraré esas tragedias que me roban la paz y evitaré oír las noticias que afectan mi actitud, aquellas que no estén en mis manos hacer algo para remediarlas.
A partir de hoy esquivaré conflictos y grises pensamientos. Dedicaré mi tiempo libre a hacer lo que me gusta, esas pequeñas cosas que me proporcionan un regocijo mental.
Como nunca ambicioné bienes abundantes ni tampoco lujos, me propongo, eso sí, procurarme un techo que cobije mis sueños, en el que pueda escuchar la música de la lluvia; un sol radiante que ilumine mi senda y un mar azul, inmenso y misterioso, que deleite mi espíritu; y ¿por qué no? una casa sencilla enclavada en una montaña rodeada de pinos y amapolas, con mariposas sobrevolando, donde pueda escuchar el rumor de un río cercano.
A partir de hoy quiero pintar mis lienzos con colores nuevos; oír música alegre y ver sonrisas de amor y gratitud en el rostro de la gente; sentirme útil, saber que puedo paliar dolores y sembrar esperanzas. Y sobre todo, quiero que mis ojos esquiven la maleza de la injusticia y de la maldad y que sigan siendo conmovidos por la desigualdad que separan a los humanos.
A partir de hoy diré NO a murmuraciones y contiendas, evitaré quejas y me regocijaré y agradeceré a Dios por todo lo que ha hecho por mis familiares y amigos y procuraré sumergirme en quietud y armonía; me apartaré de ruidos innecesarios y duplicaré los esfuerzos para permanecer en paz mientras consigo materializar mi sueño.
Alberto Vásquez. |