Inicio / Cuenteros Locales / papel / Una odisea en plena mañana
Desde hace varios años vengo trabajado como profesor de Ciencias Sociales en una escuela privada alejada de mi casa. Esto fue lo que me pasó cierto día hace ya varios años.
Como todos los días, me levanto a las 5:00 a.m. para ir al colegio donde trabajo. A las 6:00 a.m., ya preparado, me marcho al paradero para esperar el micro de todos los días. Pero ese día decidí cambiar de estrategia. El problema era que para llegar a mi destino tenía que subir a otros dos micros más. Tres micros en total, esto hacía que pierda mucho tiempo y gaste más pasaje. Pero la otra vez, cuando salía de trabajar, me percaté que un ómnibus, cuyo paradero se encontraba a pocas cuadras de mi casa, pasaba por mi centro de trabajo. Entonces esa mañana decidí esperar aquel micro para ver su ruta y calcular el tiempo. “Quizás ahorraría tiempo y dinero” –me dije.
En el paradero hubo diez personas esperando. De pronto el microbús llegó. “Bueno ¿a ver qué sucede?” –dije suspirando.
Hasta ese momento la ruta la conocía bien, no había problemas, hasta que el microbús giró por una avenida que nunca había pasado. “Ahora empieza la ruta nueva” -dije. Observando las calles para conocer el lugar, me di cuenta que estábamos dando muchas vueltas. Rápidamente pasábamos de un distrito a otro. Me estuve alejando de mi destino. El micro entró a una especie de laberinto y finalmente salió por una calle que ya conocía. Habíamos llegado a la avenida Riva Agüero. “¡No puede ser!” -dije angustiado. Era tarde y estaba a varios kilómetros del colegio. Bajé del ómnibus y tuve que preguntar a la gente si pasaba algún micro que podría llevarme a mi trabajo. Un vendedor de periódicos me dijo que los micros de la ruta 40 iban al distrito donde se encontraba el colegio.
Subí y esperé sentado. Lamentablemente este bus me dejó muy lejos del colegio. Tomé otro. Me encontraba muy preocupado porque ya era la hora en que tenía que estar presente en la escuela. “Si no hubiese tomado ese micro nada de esto me hubiese pasado” -dije muy molesto. Desgraciadamente este bus me dejó a ocho cuadras, tuve que parar a un mototaxi para que me llevara hasta la puerta del colegio. “¡Por favor, al colegio, pero rápido!”, -le dije al chofer muy desesperado.
Llegué a tiempo y lo primero que hice fue ir al baño para mojarme la cara porque estaba muy acalorado. Observando mi rostro en el espejo me dije: “Jamás volveré a tomar el primer microbús. ¡Mala idea! ya encontraré la mejor manera de llegar sin tantos problemas al colegio”.
Efraín Núñez Huallpayunca
https://espejosazules.blogspot.pe/ |
Texto agregado el 04-07-2017, y leído por 118
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Lectores Opinan |
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04-07-2017 |
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Búscate una mañana de aventuras, como experiencia te resulto agobiante. sensaciones |
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04-07-2017 |
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comprarte una bici yosoyasi |
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