Cuando un escritor te seduce con cada uno de los libros que vas leyendo de su obra, es muy difícil no admirarlo y elogiar sus cualidades. Eso es lo que me ha sucedido con Marcel Schwob. Hay en los escritos de Schwob un halo de erudición, de misterio, de hechos o situaciones que deben contarse en voz baja, con sutileza, a riesgo de que de no hacerlo así, puedan evaporarse, perderse en la nada, de tan etéreos que son o parecen. Lo extraño o no tan común, ronda con plenitud los personajes e historias que Schwob nos cuenta; entonces, lo aparentemente cotidiano se torna irreal, casi fantástico. Así lo percibí hace varios años en “El rey de la máscara de oro” y tiempo después, en “Ensayos y perfiles”. El turno le ha tocado ahora a “Mimos”, un librito de apenas sesenta páginas, que me ha sorprendido con sus XXI textos breves y su epílogo. Las referencias a algunos dioses griegos (Perséfone, Atenea, Afrodita) son constantes; sacerdotisas y creyentes los invocan rogando su protección o favores, a pesar de la flaqueza de sus pasiones tan humanas: venganza, odio, envidia, amor, deseo. En “Mimos”, aparecen infinidad de doncellas: vírgenes, ingenuas, jóvenes, inocentes, hermosas, inteligentes, atrevidas, seductoras, llenas de deseo, perversas; son ellas las causantes reales de que Schwob haya escrito estos textos. Mujeres de todos tipos y clases, las cuales me han dejado un ansia desesperada de quererlas reales y no sólo entes de una gozosa lectura. En cada texto no falta quien diga una mentira, arme un escándalo, pelée, salte al abismo, arriesgue la vida, su posición, su alma, por obtener un beso o una simple mirada de cualquiera de ellas. Por una mujer se puede perder todo o ganarse la gloria, ser un héroe, un cobarde o un rufián. Ellas, siempre mantendrán mi atención e interés, como lo hacen en estos “Mimos” de Marcel Schwob.
Nota: por si a alguien pudiera interesarle, el 28/04/13 subí a esta misma página otro texto sobre Marcel Schwob. En aquella ocasión, solamente recibí 2 votos y un solo comentario, hecho por mi querida amiga Sofiama.
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