Estoy perdido en mí,
en la falta de anuencia
de mi parte para ser feliz,
entre las mismas sombras
de los mismos arboles del mismo barrio,
entre la cobardía y la desgana
para escabullirme de mis días
y permanecer inmóvil pensativo
ante un silencioso paisaje
por suerte desconocido

Estoy en deuda,
en deuda conmigo,
y sin embargo salto de la cama
a las cuatro de la mañana
incapaz de conciliar el sueño,
estirando entonces los días
y así tener más tiempo
para destruirme un poco más,
solo entonces tengo un respiro
ante el sedante sonido de esta lluvia,
mientras me envuelvo en la idea
de creerme el tipo más solitario
ante el desfile cotidiano de cafés y mas cigarros

Estoy peleándome conmigo
y contigo por las dudas,
y con los falsos ideales
saturados de mentiras,
estoy y no en todas partes,
desde el insomnio transparente
al más profundo de los sueños,
despojado de consejos,
hambriento como un perro,
tanteando encontrar la luna
en un cielo que ya es neblina