Nunca cierres la ventana
morena, morena mía,
cuando al terminar el día
cierra el sol su libertad.
Te robaré sin piedad
la piel y la rebeldía.
Crazymouse
Nunca te vayas de mi vida, Andrés,
tal vez no es tiempo para desandar amores
pero me basta,
con hacer leña ardiente en tu corazón
de mis pasiones.
Ratón buen mozo y atlético,
te has batido a duelo con un paquidermo
y si le preguntaras a la luna
ella te diría que por vos no duermo,
y que en la nostálgica muerte de los días
en mis pensamientos te encuentro.
Mi piel es apenas la envoltura de mi esencia,
pero si me la robas
dejarás libre a la cautiva alondra,
lánguida ave
que reposa herida en esta prosa.
Entre quesos y besos,
te guardo en tu chaqueta de invierno
un poema de amor
y veinte versos.
Entre mi cuerpo y tus labios incestuosos
te ofrendo este querer,
que en la mezquindad del tiempo
ha renacido puro y hermoso.
En este ahora, es mi estirpe rebelde
quién desafía tu ingenio,
quién provoca tu descaro
pa' que vengas a robarla,
si es que puedes, encanto.
Me regalaste tu voz,
me trajiste la lluvia,
también la mar y el sol,
me diste dolores y a su vez, ternuras.
Cariño mío,
seré el queso para tu paladar,
serás la poesía
cuando necesite un lugar para escapar,
y nos hemos descubierto en un te quiero,
para que el riesgo por correr
nos aventure al incierto desvelo,
para que la satisfacción por probar
tenga un amargo sabor a olvido
pero también el dulce vino
nos embriagará de peligro,
y el deseo que jugará con nuestros destinos
será penitencia y alivio al final del camino.
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