De hinojos Señor
postrado sobre
los abrojos de mis penas
una súplica nace de mi pecho
una pena que comparto contigo
para aliviar este gran dolor
por el que me maldigo.
Señor aparta de mí ser
esta angustia,
deseo pecaminoso
merecedor de tu castigo.
Aleja de mi esencia al maligno
quien me hace desear de esa mujer
¡Ser algo más que su amigo!
Texto agregado el 17-06-2017, y leído por 197
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Lectores Opinan
18-06-2017
Estimado, siento decirlo, pero estás "endemoniado". Esa "mujer" ha entrado bajo tu piel. No tienes remedio. Requieres un exorcizador para tu mal. El maligno ha calado profundo. Con mucha pena, en tu sufrimiento... FerdiCartago
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