Sabe a hiel,
debe serlo.
Como si la hubiera bebido de tu boca.
Amarga es la pesadumbre de vivir sin pasión.
Cuando aun tenía voz
albergaba la fuerza de los mares,
ni los silencios me arrancaban el corazón.
Pero sabe a hiel tu ausencia,
hiel que corroe y me gangrena las palabras.
Muerte del poeta entre versos mediocres.
Sabe a hiel,
como un amor muerto.
Hemos instalado la desgana en nuestra piel.
Ya no hay nada que pueda resucitarnos.