Hoy te soñé
tu costado rozaba el mío…
Que despertar de recuerdos
la luna no menguaba
el día no amanecía
la noche era eterna
de negros corceles
la vida era infinita
mientras perdurara
tu aliento junto
al mío.
No quiero que me guardes
en una caja
para que nadie vea mis curvas,
la felicidad que irradio
es especular
a la tuya,
por eso
he huido
la necedad te habita
los celos infernales
tu propia y oscura
imagen que desciende
solo,
hacia a tus propios
infiernos.
Texto agregado el 07-06-2017, y leído por 166
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Lectores Opinan
08-06-2017
Los celos casi siempre, infundados; un problema. daiana