Viejos temores
Temores, cuando el sol declina, con un color ceniza
Y desde el cielo las nubes abren sus bocas hambrientas
Mi alma se recita en una plegaria, con llanto en los ojos
Mientras a lo lejos el retumbar de un trueno, me acongoja.
Temores, ante el clima inclemente, me siento empequeñecido
Tal vez sea mi vejez, reflejo de un próximo fin eminente
El cual, amplia mis temores, pero en mis sueños, los desecho
Y así como nacen nuevas estrellas, mi alma resurgirá.
Temores, en mi corazón, en mi mente y desfila desde mis ojos
Mil silencios, que mi boca desgrana, y mi garganta seca, con escozor
Temores, que nadie escucha, solo en los silencios de las noches
Y en su oscuridad, los temores, danzan, cual borrascas grises.
Temores, mientras la tierra gira, también en larga agonía
Un sol que se agita, con destellos que siembra en la tierra
Agoniza el alma mía, cual fruta madura carcomida
Mientras en la vida, nuestros temores viajan sin prisa.
Raúl Amador Irusta
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