Como antes

Te tengo grabada
en mi piel, tus ojos
de diamantes rondan
por mi mente. Tus manos
son como seda sobre mi
pecho, tu cuerpo de miel
se desliza con ternura
sobre mi vientre.

Todo parece más claro
y magno. Despierto luego
de un extenso letargo.
Estabas ahí como nunca
antes, pude palpar tus labios
como jamás lo hice, cuando
danzábamos en la pista de
baile. Tu aroma a lavanda era
profundo, como el abismo
que ahora nos separa.

En aquel mundo éramos
dichosos, sin embargo, ahora
sé que es insensato soñar con
que aquellos momentos tocarán
a mi puerta. Porque no estás, te has
marchado muy lejos a comarcas
imperecederas, a tierras que los
mortales no pueden acceder. Te
has desvanecido entre la luz de la luna.