Los  árboles del paraíso son dos árboles que aparecen en el Antiguo Testamento en la historia del Jardín del Edén. Uno de ellos es conocido como el "Árbol del conocimiento del bien y del mal" y el otro es el "Árbol de la vida". Según el Génesis, estaba prohibido para Adán y Eva comer del primero, y tras desobedecer el mandato divino, éstos son expulsados. Cuentan que había también una serpiente dañina y traicionera, que representa a Satanás.

¡Sí, Merlín!. Ya sé que tu no tienes culpa de nada. Ni yo tampoco. Sólo te puedo contar de oídas lo qué ocurrió, según el cura de mi pueblo. Resulta que la malvada y tentadora serpiente engañó a Eva con su astucia y la confundió. Le dijo que el que Dios había prohibido era el de la vida y no este otro. Los frutos tenían tan buena pinta que sucumbió. Al ser ella la primera en morde la manzana, alcanzó la ansiada sabiduría 20 minutos antes que el hombre. Para Eva fue luego pan comido convencer a Adán. Arrancó otra manzana del árbol prohibido, le dio un mordisquito a lo Apple, se sentó sobre una roca, abrió sus piernas y la colocó en su sexo. Llamó a Adán con voz pícarona y le dijo:

-¡Ven!, ¡ven!, Adán-cito.
Ahora que estamos tú y yo solitos,
te voy a demostrar quién mandará
en adelante en el paraíso.

A Adán se le pusieron los ojos como dos platos de vitrocerámica encendíos en el n°12. La hoja de parra levantó el vuelo. Se tiró de cabeza como un demonio de Tasmania a morder el fruto prohibido, para alcanzar el tan ansiado conocimiento. Y paradójicamente perdió el poco que tenía.

¿Me entiendes, Merlín?.

-GUAÚU..!! (a mí que me importa!!)

¡Tienes razón!. Anda vamos, que te voy a comprar una sandía para que te refresques el gaznate. Las manzanas tienen mucho peligro pequeñin y quitan el sueño. Las peras ya ni te cuento...