Sus cadenas pesaban más que su enflaquecido cuerpo, sus ojos hundidos por la desesperación y sus pasos eran entorpecidos por el guardia que lo empujaba con su macana. Aquel pobre desgraciado, que pasó escondido bajo las sombras durante mas de 15 años, caminaba ante el estrado para ser juzgado por el cruel asesinato de su esposa. ¿Quién diría que la conciencia y desesperación lograrían que este animal se entregara? ¿Que martirios habrá pasado durante 15 años para haber terminado como una cucaracha desnutrida? Estas preguntas ya no importaban, lo que la semana pasada hizo el abogado defensor es digno de una clase de filosofía, aprovechar tal vacío legal es típico de alguna obra de Agatha Christie. ¿Quién diría que ese leguleyo pudiese liberar a ese delincuente?

Muy joven e inexperto, pero el discurso era su mejor arma. Todos en la corte nos extrañamos al momento que llamó al estrado a un biólogo y luego a un médico. A los 2 les pregunto temas relacionados con la renovación y muerte celular. Ambos profesionales respondieron que constantemente nuestro cuerpo genera cambios, se nos cae la piel y es reemplazada por una nueva, todas las células de nuestro cuerpo son renovadas. A estas afirmaciones, el abogado preguntó acerca de cuanto se demora el cuerpo en cambiar todas sus células, a esto los hombres respondieron que entre 10 a 13 años. Ante esto, el juez le pidió al abogado que fuera mas especifico, a esto el abogado concluyó (cito textual): ‘’si un dia compramos una mesa y al usarla por primera vez nos damos cuenta que las patas están chuecas, ante esto decidimos cambiarle las patas por unas nuevas, luego al pasar el tiempo, su cubierta comienza a desgastarse, decidimos cambiar su cubierta, luego de unos años, durante la cena de navidad sus patas que eran muy débiles se rompen haciendo que toda nuestra cena se estropee ¿Culparemos a quien fabricó la mesa por arruinarnos la navidad? No podríamos, ya que la mesa no es la misma. Hoy, la ley de este país ha llamado a compadecer a mi cliente por el homicidio de su esposa, sin embargo, hoy 15 años después de ese horrible suceso, culpan a un ser completamente diferente, un ser que físicamente no es el mismo’’

Al terminar su manifiesto, todos fuimos testigo de cuando el fiscal dijo que esta corte y la ley de este país juzga la acción del ser en cuestión impulsado por su conciencia. El abogado sólo asintió con la cabeza agregando que tenía toda la razón, la conciencia y el actuar quizás estaban presentes en aquel hombre ¿Pero que sucedía con el cuerpo? No es posible castigar la mente de un sujeto privándolo de libertad cuando con ello se castiga su cuerpo, el cual es otro muy distinto al momento de cometer el asesinato.

Sin darnos cuenta, el juicio se transformó en una discusión filosófica del ser. Luego de unas horas, el jurado lo declaró inocente.

Es por estos hechos, que yo, Maximiliano Faúndez Faúndez, Senador de la República de la Rosa, presento esta Reforma Procesal Penal en donde como punto principal, llamo a prohibir hablar de filosofía en las cortes de mi patria, pronto presentaré un proyecto que erradica la filosofía de nuestras salas de clases.