Este es un texto bastante antiguo, de por allá de septiembre de 2010, cuando aún no llegaba a este hermoso Planeta Azul. Lo rescato, por haberlo encontrado entre muchos papeles desperdigados que pululan por casa, semi abandonados.
Podría decir que te quiero como a nadie,
por la ternura del timbre de tu voz.
Podría gritar que me llenas el alma de alegría,
porque la tuya y la mía hacen una,
aunque somos dos.
Podría mentir que te quiero por bonita.
por tus manos de princesa,
por tus pechos suavecitos,
por tus ardientes noches de pasión.
Podría contar que te quiero por tus ojos lindos,
por tu boca de manzana,
por tu olor de rosa fresca,
por la tibieza de tu piel, de madrugada.
Podría imaginar que te quiero por tu pelo negro,
por tu deseable cuerpo,
por la luz de tu sonrisa,
por tus súbitos impulsos de besarme.
Podría negar que en las noches de insomnio,
mis pensamientos vuelan hasta ti;
que pareciera que estás ahí conmigo,
desnuda y llena de amor por mí.
Podría no decir que te amo,
pero decirlo me nace del fondo del corazón.
Mi devoción por ti es sin límite,
para amarte no necesito motivos,
para amarte no necesito una razón.
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