SIN MIRAR ATRÁS.



Se nos hizo tarde y te dejó el vuelo,
inmersos los dos en la despedida;
prodigándonos besos sin medida
y pronunciando frases de consuelo.


Partiste al fin al día siguiente,
con la promesa de un pronto regreso;
yo,desolado y de la angustia preso,
me escapé corriendo como un demente.


Loco sí,porque yo no te creía
la promesa de volver a mi lado;
desviando tus ojos cuando decías
amar como nunca habías amado.


En el piso del terminal dejé
tiradas con mi fe mis ilusiones;
prometí no vivir más decepciones
y,presto,de aquel sitio me alejé.