De papelillo en papelillo
De antro en antro
Van y se sienten bien,
Que son las mejores
Que nadie las puede romper.
Están rotas,
Hace miles de flores que ya no entienden
Su pasar por la vida
Su morir en su muerte,
Su plumaje herido.
Ya no saben que no palpitan,
Que se gastaron,
Que su cuerpo no les pertenece,
Que fallecen.
Así
Destruyen con soberbia paso a paso
Mientras ríen exaltadas
La falsedad de sus marihuanas,
La banalidad de sus amistades,
Las conversas sin sentido,
Lo inefable de sus soledades.
Derramaron su veneno vaginal
Contra el semen perverso de los hombres
Su rechazo ensangrentado de rencor e histeria,
Escupieron sus atrocidades en los ojos blancos del placer sacro,
De nuestra herida humana.
Se secaron,
Olvidaron su femineidad
Abrazando consignas modernas,
No fueron madres ni pareja,
Ni leales ni correctas,
Se envolvieron en su ego miserable
Levantándose frías y violentas.

No son dueñas del tiempo
Ni de las bocas
Ni de miradas,
No lograron nada
Con sus escotes ni minifaldas.

La noche llega noche a noche y las risas se extinguen con nostalgias.