Creía conformarme con un techo
y un fuego danzante que me diera calor,
y sin embargo me veo atrapado
en el anhelo de obtener más de lo que soy

Porque a veces los besos no alcanzan,
ni el pan logra el hambre calmar,
porque somos incansables
e insaciables cuando hay que desear

Siempre una minúscula cosa,
siempre un pobre y famélico objetivo,
siempre otra vida que detestaremos
si la logramos atrapar

Creía pero estaba errado,
que una mesa con dos platos
calmaba la soledad,
creía pero estaba equivocado,
que un abrigo en noche helada
era el fiel equivalente a la felicidad

Se me olvido pensar,
que los días del mendigo
son incontables años
para un rey muriéndose en su altar,
se me olvido pensar,
que un estomago caliente
no asegura ahuyentar la enfermedad,

Y que pobres nos vamos a la tumba
solos, cansados y en pedazos,
y que en los llantos del ocaso
sufre el hombre en cualquier caso,
con un grito silenciado
y lagrimeando sin llorar.