Si hubieras
mostrado atención a mis deseos,
si no hubieras
frivolizado los sentimientos
que nos vistieron en el aguacero de sueños.

Necesitaba creer en vos
y a estas horas,
en el diluvio que acompaña
esta mañana de otoño,
me despido de las añoranzas
que fueron fuente de esperanza.

Otra vez sola
y con la espera en la boca,
necesitaba creer en vos
pero ya no son horas,
y se precipita la conciencia
en el alma rota.

Le prometí al corazón no insistir,
no soy de las nenas que mendigan afecto
ante la falta de una estrella por seguir,
te olvidaré,
no tendrás que ausentarte
cuando no sepas qué decir,
no tendrás que expulsar palabras tontas
ante mis cavilaciones ignotas.

Adiós querido,
no traeré conmigo
supuestos de lo que hubiera sido,
por ti me hubiera reinventado
y ahora, somos pasado y olvido.