Bajo rápidamente del taxi, voy algo atrasada y aun debo caminar varias cuadras para llegar a la clínica donde trabajo. Apresuradamente recorro algunos metros y al alzar la mirada es cuando lo veo venir, es inevitable el inesperado encuentro.
Desconozco por que pienso que quizás este fortuito acercamiento no sea tan casual como parece ser, inclusive me atrevería a decir que hasta cierto punto estaba preparado.
_ ¡Judith Cecilia!_ Gastón exagera una mueca de sorpresa, imprevistamente toma mi rostro besandome en la mejilla muy cerca de los labios. Como es usual su perfume me envuelve y aquella fragancia me acompañará por varias horas.
_ Hola ¿Cómo estás?_ Digo secamente rechazando su intento de abrazo. Con una forzada sonrisa le muestro ambas manos ocupadas, en una llevo mi delantal blanco y no deseo arruinarlo al arrugarlo pues lo planché antes de salir; y en la otra mano aferro mi cartera. Es la primera vez que soy hostil con él, jamás pensé que esto llegaría a pasar. Me siento extraña.
_ ¡Mierda tienes razón!_ Dice sin saber como reaccionar, tampoco esperaba mi negativa al tratar de abrazarme_ ¿Vas caminado a la clínica?_ cambia de postura algo nervioso.
_ Así es_ Respondo fríamente, aquel nuevo e inesperado sentimiento inunda mi espíritu reflejándose en mis ojos.
_ Te acompaño, pues tengo que ir por unos trámites al banco Estado que está cercano a tu edificio.
Camino a su lado escuchando historias que hace un tiempo atrás me cautivaban, más ahora dejaron de importar. Charla animádamente sonríendo de vez en cuando. Yo pienso en aquella alba sonrisa cuando en antaño solía embriagar mis sentidos llenándolos de locura y pasión, más en la actualidad forma parte de un triste recuerdo; todo lo nuestro viaja entre las brisas del olvido; ahora estoy segura de ello.
_ ¿Nos fumamos un cigarrillo antes que te vayas?_ Gastón pregunta muy inquieto, a pesar de lo mal que la pasé al haberlo visto más de alguna vez desde que dejáramos de ser pareja, ahora las sensaciones son extremadamentes diferentes.
_ No gracias, estoy demasiada atrasada; quizás en otra ocasión_ Algo se quiebra muy dentro de mi, duele pero tranquiliza. Algo se aleja para no retornar.
_ No hay problemas Judith Cecilia_ Replica meditabundo_ De igual manera estos trámites serán para largo. Creo que estaré hasta las una de la tarde.
Gastón sabe bien que a esa hora salgo del trabajo. ¿Será la invitación para un encuentro? ¿Querrá que nos juntemos para seguir conversando? ¿Que carajos desea? La pregunta queda dando vueltas en mi cabeza cuando sonrío despidiéndome_ Adiós Gastón que te vaya bien_ Digo sinceramente besando su mejilla antes de alejarme.
_ ¿Señorita Judith Cecilia?_ Desperezándome de los pensamientos me hayo frente a frente con un amigo que casualmente también va camino a la clínica; este amistoso encuentro se efectúa algunos metros despues de despedirme de Gastón.
_ ¡Hola! ¿Cómo estás?_ Pregunto abrazándolo; importándome una mierda arrugar el maldito delantal blanco que planché antes de salir y que llevo en una de mis manos, soltando mi cartera utilizo ambos brazos por aquel abrazo que necesitaba más que nada en este mundo. Un simbólico abrazo que es el comienzo del término de este capítulo de mi vida.