El ruido era infernal. Su estado de pánico apenas le permitía aferrarse con una mano, mientras intentaba hacer pie en algo firme.
Chirridos de metales y una desesperante confusión sobre donde era arriba, y donde era abajo.
Quiso gritar pero no pudo. Toda su atención debía estar al servicio de sobrevivir.
Una fracción antes del esperado impacto fatal, algo golpeó su cabeza.
-Eheee! ¿hasta cuando piensas dormir? Tu despertador ya sonó tres veces. Vamos, que llegaremos tarde.
Texto agregado el 10-05-2017, y leído por 197
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