En fin, la vida es una circunsferencia,
lo que va vuelve
y lo que viene alguna vez fue.
Somos un remolino movido por lo incierto:
lo que fue se fue y lo que viene vendrá.
El tiempo es una botella cerrada para siempre.
Aunque me olvides y yo me muera,
seguirás viva en mis paredes
como la promesa que se hicieron dos adolescentes.
En la primavera de mi memoria te recuerdo
y en el otoño de mis días te olvido.
Sigues viva aunque mi memoria haya borrado tus huellas
y en el silencio pienso en tu boca
y adivino los besos que no me diste.
Todo termina y empieza a la vez
como el día que se ata a la noche
como mis palabras a la tuyas.