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En virtud de lo dispuesto en el Tratado de Versalles, al finalizar la I Guerra Mundial, si Alemania quería construir acorazados, no debían exceder determinado tonelaje. Es por ello que los astilleros alemanes construyeron los denominados acorazados de bolsillo que equivalíanua criceros pesados. Al estallar la II Guerra Mundial, las dos naves más conocidas de esta clase eran el Admiral Graf Spee y el Bismarck. El teatro de operaciones del primero debía ser el Océano Atlántico y el del segundo, el Pacífico. El capitán del Graf Spee, Hans Langsdorff, recibió órdenes de atacar a barcos comerciales y evitar trabarse en combate con barcos de guerra. Empleando las tácticas de los antiguos corsarios, Langsdorff se acercaba a los barcos enemigos enarbolando falsa bandera que muchas veces era el pabellón francés. Una vez lo suficientemente cerca, subía al tope del mástil la bandera de la esvástica. Acto seguido, la nave alemana abría fuego y hundíaelbarco enemigo a cañonazos. Grandes fueron los estragos causados por el Graf Spee en el Atlántico. Con esa perspicacia que tiene un marino experimentado y sagaz como era Langsdorff, presintió que los aliados se habían lanzado en su persecución y puso proa rumbo a África.
En aguas africanas, continuó su campaña corsaria. El almirantazgo inglés, en vista de los grandes daños que a la navegación producía el Graf Spee, se dispuso a darle caza. Se encomendó esa misión a la Fuerza G al mando del comodoro Henry Harwood. Dicha fuerza naval estaba constituida por un crucere pesado, el HMS Exeter y dos livianos: el Ajax y el Achilles. Cuando creyó terminada su campaña en África, Langsdorf regresó al Atlántico y se dirigió al Río de la Plata. Es un enigma hasta el día de hoy cómo supieron los ingleses la ubicación exacta del Graf Spee.
Amanecía el día 13 de diciembre de 1939. A las 6:58 am, los alemanes creyeron divisar tres barcos comerciales ingleses pero a las 7, al disiparse la neblina, se percataron de que eran barcos de guerra. El Graf Spee contaba con la superioridad de su artillería ya que disponía de cañones de 11 pulgadas mientras que los de los ingleses eran de 6 ó 7. En la cubierta del Ajax se reunió la plana mayor de la flotilla británica encabezada por el comodoro Harwood. Éste trazó el plan de batalla diciendo que el Ajax y el Achilles atacarán por un flanco y el Exeter por el otro. En las naves inglesas se dio la consigna que viene desde la batalla de Trafalgar: "Inglaterra espera que cada hombre cumpla con su deber". Acto seguido se tocó zafarrancho de combate. La batalla no se podía evitar. Más aún cuando los barcos ingleses dieron comienzo al movimiento de pinzas. Aprovechando la superioridad de su artillería, el Graf Spee dirigió la mayor parte de sus cañones hacia el Exeter que era el barco de mayor poder militar.
Los cañonazos del Graf Spee impactaron en el puente de mando del Exeter que se cubrió de humareda y su capitán Bell se cubrió la cara con las manos. Los barcos ingleses evolucionaron para envolver cubriéndose de humareda. El Exeter consiguió abrir un rumbo a proa del Graf Spee pero el crucero inglés fue fuertemente castigado por la nave alemana. El capitán Bell se puso en comunicación con el comodoro Harwood y le informó que buscaría refugio en las Malvinas. "Que Dios los ayude", fue la respuesta de Harwood.
Puesto fuera de combate el Exeter, la batalla prosiguió con los crceros livianos. Un caññonazo impactó en la torre de telémetros del Graf Spee. Desde ese momento los cañones dle barco alemán dispararon a ciegas pues es desde esa dicha torre donde se indica la posición del enemigo.
Langsdorff se internó en aguas jurisdiccionales uruguayas y buscó refugio en Montevideo, puerto neutral. Los titulares de los diarios hablaron de una batalla librada en dos períodos donde se dispararon alrededor de ciento veinte cañonazos. Langsdorf solicitó al gobierno uruguayo que le concediera un tiempo para reparar su la cual, según dijo, había recibido sesenta y cuatro impactos. Alguien lo corrigió diciéndole sesenta y cinco ya que uno había destruído la torre de telémetros. El gobierno uruguayo sólo le concedió setenta y dos horas. Langsdorff internó a los mil doscientos marineros del Graf Spee. Quinientos mil montevideanos se habían reunido en el puerto para ver la salida de El Tigre de los Mares, pero a los pocos minutos de haber zarpado, la nave alemana explotó. Gran parte de la tripulación, el capitan incluído, abandonó la nave hacia Buenos aires donde, en un rasgo bien marino, Langsdorff pus fin a su vida suicidándose envuelto en su bandera de combate. El sol levantándose sobre el horizote, iluminó la salida de los vencedores a los que se había sumado el Cumberland.

Texto agregado el 05-05-2017, y leído por 87 visitantes. (0 votos)


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