Cadencia de mujer.
Suave cadencia de mujer, tienen mis caderas cuando siento el agua de la lluvia que se desliza por ellas, en aquel bosque de edades pasadas.
Corro desnuda en un sueño donde veo tus ojos en la penumbra que me observan, como si quisieras tocarme con ellos cada parte de mi cuerpo.
En eso dejo tras de mí un rastro de hojas secas, que forman el camino que recorro, llegando a un claro del bosque donde estás tú. Abres tus brazos y me estrechas en ellos, siento tu calor y tus manos que saben recorrerme y ahondar en todos mis espacios...
Me llevas a tu cobijo hecho de flores y hierbas, me recuestas allí, yo solo miro tus ojos que me encantan, mientras me besas y yo respondo a tus besos que son dulces como la miel.
Tocas mis labios con tu dedo índice como diciéndome, ¡silencio! Te acercas y besas mi cuello, con tus manos desordenas mi cabello, que se vuelve salvaje y cae sobre mis pechos, a lo cual tu los descubres y besas con ese dulzor, los soplas y lames haciéndome delirar mientras con tus manos acaricias mis caderas y muslos que se mecen a tu tacto gentil.
En ese instante tu mano se desliza con memoria propia y se introduce en mi flor que gustosa se abre a recibir las caricias, se sabe deseosa y el placer llama.
Una y otra vez tu mano entra y sale de mi flor, quieres sentir como se humedece, yo te pido más y tu accedes, el néctar ah empapado tu mano, tú sonríes, me besas y te desnudas para brindarme más placer, yo te observo mientras la noche hace su entrada.
Siento el calor de tu cuerpo con el mío que se hacen uno solo; nuevamente tú tocas con la suavidad de una rosa mis pezones que se erectan al sentir la calidez de tu palma en ellos, los palpas apretándolos, moviéndolos, deleitándote con ellos; mi botón también quiere sentirte, y cuan mago hechicero acude tu otra mano y roza con ritmo propio mi pequeña abertura que se abre a ti, tú entras con la delicadeza de tus manos, primero un dedo lo introduces hasta el fondo haciéndome exhalar un profundo suspiro, pero tú quieres verme gemir con más placer.
Vuelves a repetir la misma acción, me observas y besas, me recuestas sobre una roca y separas con la calidez de tus manos mis muslos, acariciándolos, colmadolos de besos, haces círculos en mi ombligo y bajas con tu lengua curiosa a mi sexo, apoyas tu boca en el besándolo con sumo placer, soplas con calidez, lames mi flor, haces pequeños círculos, en mis labios e introduces tu lengua caliente una y otra vez, me miras que yo gimo de placer, mi respiración es acelerada, mis pechos están erectos, tú levantas mis piernas y me besas más.
Me disfrutas ya que solo quieres verme terminar, con tu mano me penetras por atrás y con tu boca bebes mi néctar, yo te miro y pido que entres en mi, a lo cual tu te posas sobre mi y en movimiento cadencioso comienzas a penetrarme, siento tu órgano viril que me llena de placer, una y otra vez tus movimientos se aceleran, yo gimo con deleite y tu me llevas a delirar, estás a punto de explotar de placer y yo sigo tus movimientos, el climáx ya se acerca, y en unísono perfecto acabas dentro de mí como yo en ti.
Te miro a los ojos, lágrimas corren por mis mejillas.
__Te digo, es mi primera vez, a lo cual tú me dices:
__Eres un deleite de mujer. Y con un beso sellas mis labios. |