Suelo buscarme a mi mismo
y escucharme a mi mismo
en medio de un mundo estridente
hago una pequeña pausa en el día
en el poco tiempo que me queda
intento hacer poesía,
arranco de la primera línea,
no sé a dónde me llevará este poema
tan solo dejo que la imaginación aflore
que aves blancas y aves negras
empiecen el vuelo desde mi inconsciente
y bajen al árbol del ahorcado.
Suelo leerme a mi mismo
y después suelto las hojas al viento
ni siquiera lo que he escrito es mío
es de ti, ellas y vosotros
yo tan solo he prestado mis manos,
mi imaginación y mi corazón
yo tan solo digo lo que no puedes decir
aquello que está dentro de ti
y que en algún lugar
se ha quedado atascado,
alguien de negras entras
todos los días te estrangula el sueño
y te deja la mente a oscuras.
Suelo perderme en mis laberintos
entradas que me llevan a otras entradas
salidas que se vuelven entradas
y cuando estoy más perdido
un rayo de luz me saca del laberinto,
escribo un verso a las carreras
dejo inconcluso el poema
pueda que lo retome mañana
o tal vez nunca, un cuervo vuela en mi mente,
mientras un árbol cae al suelo,
el asesino tiene dientes de acero,
una paloma cae desde una cuerda de alta tensión
un perro callejero se la lleva en la boca,
el día se levanta sigiloso
un hombre bota un sofá en el caño
y el búho se apresta a dormir,
yo he viajado en la noche
y he descubierto muchos misterios
la muñeca rubia se ha ahorcado
con sus medias de seda,
por ahora aquí dejo este poema,
tu poema, yo tan solo
he prestado mis manos y mi mente,
mientras el día transcurre
intento soltar ese nudo giordano.

AUTOR: PEDRO MORENO MORA
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