Tengo una triste flor en la ventana
que ya ni minúscula sombra da,
esta declinada pero no muerta
y no es reposo ni de moscas ni de abejas

Ni el sol calma su sed si es que la siente,
su guarida, un patio de luz
que ni el viento se atreve a tocar,
quizás sea mi culpa o la suya
o como siempre y más fácil,
la de alguien más

Tengo una flor que no sabe gritar,
aburre verla somnolienta
lejos del perfume que esta prisión le supo quitar,
para que deshacerme de ella
y dejarla marchita y sola en la basura,
si es el tiempo solo quien se encarga
de marchitar los organismos
que no desean ya vivir.