El despertar de un poema
Tal vez, sea para mí un sentimiento, el despertar
Pero luego de varias horas dormido, la luz en mi mente
Mientras el amanecer se perfila en el horizonte lejano.
Me acomete el deseo imperioso de cifrar un poema.
Primero con pereza, más luego, me impele el bello amanecer
Y con una música suave, mis letras asoman en el papel
La pereza quedó en el olvido, y despierta un poeta dormido
Para deleite de los que gustan de ellos, y los leen con placidez.
Observo a mí alrededor, y me pregunto, ¿Quién será el que lo lee?
¿Quién es el personaje que me causa tanta inspiración?,
O quien será el que con placer lo recibirá, y en el verá mi sentir
Ya frente a mi escritorio desgrano mi última letra, de un poema.
Los poemas y rimas, son así, vienen, a la mente, cuando la luz se ilumina
Ellos son el estímulo de los sentimientos, de la vida y de todos sus actores
Reconoce al héroe, al villano, al enamorado, y hasta a los olvidados
Y así, con esta vocación, de poeta, redacto, las poesías que me deleitan.
Raúl Amador Irusta |