Allí donde jugaban al escondite tus risas entre mi pelo y el amanecer era enamorarte de mí de mí de nuevo. Renacer abrazado a mi cintura. Allí componiendo sueños en una misma frase aunque no hablasen de futuro. Pero ha llegado el silencio y también la rutina estúpida en la que me instalé a extrañarte. A extrañarte como si hubieras muerto. Silencio que a veces agradezco para dejar a mi pensamiento libre. Libre de ti. Pero ha llegado el silencio silencio del que ya no sé huir. © Terrapromesa 2016
Texto agregado el 21-04-2017, y leído por 92 visitantes. (3 votos)