Odio tu risa fresca
como agua de cascada,
ese acento de ruiseñor
cantarin y jovial,
la sonrisa blanca
con que me desgarras
cada vez que me sorprenden
tus labios blandos
cálidos
de besos fríos
que no saben
a nada.
Odio esa boca de resaca
de otras bocas
que sí quisiste besar,
odio tu risa fácil
cada vez que estás conmigo,
el olor almizclado
del perfume en tu piel
tus dientes jugando
en mi tibia carne
cuando empiezas a morder.
Te odio, ángel celeste,
más de lo que deseo
regalarte placer.
Prefiero perder(me)
a seguir esperándote.
Texto agregado el 19-04-2017, y leído por 101
visitantes. (2 votos)
Lectores Opinan
19-04-2017
En este poema se palpa el fin de un romance.UN ABRAZO. gafer
19-04-2017
Este poema tiene desgano y seducción, hay imágenes muy bellas en él. Abrazo, Julia_Flora
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