Soy como la chica que pierde el control en la canción de Joy Division y un día amaneceré muerta.
Las siete de la mañana, despertarte, fingir que te bañas, dejar que el agua recorra más las baldosas que tu cuerpo, ponerme el traje de diario, echarme de esa loción cara que compro en los aeropuertos cuando viajo, desayunar con una galleta y un café instantáneo, voltear a verla a ella; me mira con esos grandes ojos tristes desde la cama, darle un beso, salir sin mediar palabra, tomar el Transmilenio, pasar la tarjeta, sentarme al lado de una colegiala que escucha Iggy Pop (mmm debe ser un error las colegialas no escuchan Iggy Pop) entrar al ascensor, presionar el botón de octavo, sentarme y encender la computadora, leer los correos de los clientes, contestar las llamadas, fingir interés cuando mi jefe me riña por tonterías, volver a sentarme en la computadora y pensar en ti.
La muerte es el estado en el que nos quedamos impávidos.
Ver como se aleja, fingir que no me duele y que no lo sé, meterme al baño, dejar que el agua caliente recorra mi cuerpo para sentirme viva, poner la radio, escuchar sobre el proceso de paz, decidir que no me importa, ponerme la ropa más linda que encuentro, desayunar huevos revueltos con yogurt, salir y tomar el Transmilenio, pelear con una señora de mierda por el puesto, llegar a la fábrica, pasar la tarjeta, pararme frente a la máquina, ver como sus grandes cuchillas caen cortándolo todo, pensar en él, pensar en mí, querer parar la maquina con mi cuerpo, escuchar el silencio.
IMPAVIDOS
Recibir la llamada, sentarme mientras escucho para respirar, tomar mis cosas, salir a la calle, darme cuenta que hoy Bogotá está más fría, que hoy no parece a 2600 metros más cerca de las estrellas sino a centímetros del infierno, tomar un taxi, hablar con las autoridades, llamar a sus padres, escuchar los gritos, llegar a casa, darme un baño de verdad, sentarme solo a la mesa, tener miedo de ver la cama, quedarme dormido en el sofá, esperar a la mañana para despertar como ayer. Abrir los ojos y darme cuenta de que el tiempo es lineal, gritar, gritar, gritar.
Sentirme cansada de esperar, de las excusas, de ver como se va a la mañana dándome un beso sin amor, pensar en mi pasado, sentir como el frio vacío viene a mi cabeza, entender que viene el miedo, querer decirle quédate a mi lado, escuchar el golpe seco de la puerta, estar demasiado irritable para darle el puesto a la vieja chota, llegar temprano a la fábrica, ver como las cuchillas caen, ser la chica que pierde el control.
@danesda (tiwtter)
10 diciembre 2016. |