Siempre solos,
cuando te conocí
abrevaste el odio del mundo leproso,
cuando me perdí en tus ojos
me abriste el camino que yacía angosto.

Las tristezas se apagaron de a poco,
el otoño fue estío sobre tus hombros,
el matiz de la vida fue de oropel luminoso
y en tu boca halló el dolor su reposo.

Fuiste de mis partes el todo,
pero ya no estás
y debo aprender a vivir sin tu amor
en un mundo marginal,
debo hacerme fuerte
y no es la primera vez que me enfrento
a la tempestad.

Hace frío
y son un desierto mis sueños,
debo volver a vivir
con las ausencias de tu recuerdo,
debo recurrir a la pasión

como trinchera ante la precipitación del tiempo.

Dueles y se ha vaciado mi mente,
ha sido devastada la magia del sentir latente,
vuelve la vieja pena al alma
y la familia con sus faltas,
los amigos que ante la falta de amor languidecen,
la escritura y la miel que dejaste en mi vientre,
mientras que la esperanza y la hiel
se han disputado un lugar en mi presente.