Me levanto y me dirijo al baño, ¡que horror! ¡Dios mío que hedor!. Legañoso me miro al espejo y ni siquiera me veo. Algo en mi cabeza grita y me estalla "No vuelvas a beber Negrita"
Texto agregado el 18-09-2004, y leído por 132 visitantes. (4 votos)