Inicio / Cuenteros Locales / a01_EdwinQuintero / Una Novia para Besar
La abracé toda la noche
y temí que al día siguiente se me olvidaría abrazar.
Fue entonces cuando pensé
que sería bueno tenerla conmigo para siempre.
Arropada con mi cobija vieja
trémula
ella temblaba por el sereno
que se colaba por las hendiduras de la ventana.
Yo la veía dormir y ello resultaba un deleite exquisito.
Me sentía extasiado al contemplar su rostro desamparado,
y el fulgor de sus senos abriéndose espacio entre el éter.
Me parecía mentira que horas atrás había navegado
entre sus coyunturas sin desperdicio
con la libertad de un pájaro que despliega sus alas por el aire
Donde descubri sus formas peregrinas
con la dedicación de un arqueólogo.
De hecho yo me creía uno.
Un científico maravillado
Maravillado de sus formas arreboladas
de sus nalgas ronchitas
de su intimidad acongojada
que por poco y habla
de sus caderas marcadas,
de su ombligo obnubilador.
Me creía su dueño
uno al que sólo le bastaría
despertarla para volver a recomenzar.
Era mi novia para besar.
Mi esposa para vestir y desvestir
como si fuese una niña
como si al hacerlo
le brotaran pétalos por debajo de los pies.
|
Texto agregado el 06-04-2017, y leído por 199
visitantes. (0 votos)
Para escribir comentarios debes ingresar a la Comunidad: Login
|