Firmamentos nocturnos,
dos corazones latiendo al unísono,
cuando te conocí
se detuvo en el quedo
el tumulto del mundo.
Te observo
Como pebeta fascinada,
y me dejas aprehendida
entre compases de tango
que cortan el aire a tajadas.
Te invito a bailar conmigo,
a reir y hacer lo indebido,
vamos a volar entre prados de luz y racimos,
porque contigo
yo me tiraría hasta el mismo precipicio,
¿no me crees?
contigo perdería el alma
si me lo pidieras mañana, bohemio mío.
Te quiero con esencias,
como la lluvia acaricia las aguas quietas,
como el rocío que a la rosa contempla,
como un beso que reposa en la boca que espera,
como un caudal de emociones en la transparencia,
como el amante en sus noches etéreas,
como el misterio desflorando las penitencias.
Me has clavado como esfinge dorada
entre tus letras
Y de flores de existencia
te llenaré el vacío que te aqueja,
¡ven conmigo y haz que pierda la cabeza!
que las muñecas como ésta
de arrebatos de pasión se despeinan
y muerdo deseosa mi fresa
con ganas de probar la dulzura que llevas.
Sin prisas ni desilusiones,
el tiempo junto a vos ha reinventado mis pasiones,
me ha devuelto esa que fui sin restricciones,
¡piantados de amor
que salen a trampear al mundo con sus ilusiones!,
baldíos que acribillan recuerdos
y hazme vibrar
entre las partituras de un piano noble.
Te quiero
mágico estado de abstracción
que en el aire deja telarañas de ensueños,
y a cada lugar que voy te llevo,
porque sos mi cielo.
Querencias como la nuestra
suceden y abrevan en su infinitud el tiempo,
querencias que emanan resistencia
en el devenir existencial de las cosas bellas,
querencias como la nuestra
como elixir en la conciencia.
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