Dónde está Dios preguntaban
mientras se los llevaba la corriente
y Dios estaba muy perdido,
no hablaba con sus doce apóstoles
ni recibía ninguna ofrenda
solo se escuchaban gritos de socorro
aquí, allá, acullá y allende
las fronteras del miedo
y venían piedras, lodo y palos
los niños se iban en la corriente
los remolinos de agua se los tragaban
y los ancianos no volvieron a ver el mañana
y no hubo ni Dios, ni Presidente ni Alcalde
ante esos ríos enfurecidos
que se lo llevaban todo.
Dios no decide nuestro destino
somos los hombres que vamos
por las rutas más peligrosas
y desafiamos a los demonios que nos habitan
llamamos a los ángeles
pero los ángeles andan en otro infierno
y solo nos queda esperar que el río se calme
para poder andar sobre las aguas
y luego volver a construir la casa
para que otra avalancha
se la lleve en su corriente
y acabe hasta con los recuerdos,
dónde estaban quienes
nos protegen de los riesgos,
probablemente jugando una partida de ajedrez
con el mismo diablo
y lo peor de todo es que quedaron en tablas.

AUTOR: PEDRO MORENO MORA
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