_ ¿De verdad nunca has leído "El señor de los anillos"?
_ Nunca, no te miento.
_ ¡Pucha Jorge, me estás hueviando. Tu eres un "ratón de biblioteca"!
_ Alvaro, de verdad nunca lo he leído. Pasa que no me gustan los libros de caballeros mediavales rescatando virgínales princesas de dragones fogosos_ Ambos reímos de buena gana con eso de "los dragones fogosos".
_ ¡No huevón nada que ver! Trata de una heroica travesía. No puedo relatar mucho para no arruinarte la sorpresa, hay magos, hobbits, elfos, demonios de fuego, orcos, pero no es lo que imaginas.
_ ¿Hobbits que mierda es eso?
_ Si te cuento arruinaría la trama del libro.
_ Bueno, tendré que leerlo entonces.
_ No te arrepentirás ¡léalo cumpazo!
Tengo en mis manos la obra de Tolkien, nuevamente repaso la página número cuatrocientos cuarenta y cinco, el Balrog cae desde el puente de Kazam Dhurm después de una breve pero salvaje pelea con Gandalf el Blanco.
El alado demonio al despeñarse hace un rápido movimiento con un látigo de fuego que tiene en una de sus manos; ¡Sorpresivamente alcanza al mago!
Galdalf es empujado hacia el tenebroso barranco pero alcanza a aferrase de una saliente_ ¡Huyan tontos!_ Grita a sus amigos de la comunidad del anillo antes de soltarse y caer al abismo junto a la bestia de los mundos antiguos.
_ ¡Tolkien hijo de puta me estas hueviando!_ Grito alterado levantándome repentinamente dando vuelta mi taza de café, el pequeño recipiente cae de la mesa rompiéndose en mil pedazos al estrellarse contra el suelo, algunos comensales del casino giran sus rostros para ver que sucede. Me hago el huevón sentándome nuevamente.
Necesito releer todo de nuevo, esta vez con más calma_ tranquilo Jorge, tranquilo es un error_ Digo para mis interiores. Quizás en la siguiente página habrá una piedra que sobresale en el abismo donde el mago logra asirse. Uno de los protagonistas principales no puede morir y menos de esta manera en las sucias manos de un demonio de fuego.
Esta vez leo hasta la página cuatrocientos cuarenta y siete; no, no hay error Gandalf el Blanco, aquel querido personaje de la obra de Tolkien cae perdiéndose en las tinieblas.
_ ¡Hijo de puta!_ Digo tomando muy molesto mi teléfono móvil, llamo a Alvaro para putearlo, pero no contesta la llamada, solo obtengo como respuesta la mecánica voz grabada de su buzón de voz.
Cambio la estrategia, está vez marcando el número de mi compadre Thomasito. Me siento ahogado, debo contárselo a alguién. Todo aquella persona que ha leído un libro con intensidad comprenderá esto que escribo.
_ ¿Aló?_ Menos mal que está vez si responden.
_ ¿Thomasito? ¡Habla Jorge!
_ Cumpazo ¿Cómo estás?
_ Bien. ¡No sabes que pasó huevón!_ Digo agitado.
_ ¿Que pasó?_ Responde Thomasito sorprendido.
_ ¡Murió Gandalf el Blanco!_ Nuevamente las personas que copan el Casino giran sus rostros para ver desde donde vienen los gritos.
_ ¡Me estás hueviando!
_ No huevón ¡Tolkien lo mató en la página cuatrocientos cuarenta y cinco!
_ ¡Conchasumadre! ¿Quién lo asesinó?
_ ¡Un Balrog; un demonio del mundo antiguo!
_ ¡Monstruo asqueroso!
_ ¡Menos mal que al menos los Hobbits lograron escapar!
_ Espera... ¡espera huevón!
_ ¿Que pasa Thomasito?_ Digo calmándome nuevamente.
_ ¿Quien mierda es Gandalf?_ Durante varios segundos permanecemos ríendo.
_ ¿No me digas que nunca has leído "El señor de los anillos"? Pucha Thomasito tu al igual que yo eres "Un ratón de biblioteca"
_ No, nunca lo he leído.
_ Trata de una heroica travesía. No puedo relatar mucho para no arruinarte la sorpresa, hay magos, hobbits, elfos, demonios de fuego, orcos, pero no es lo que imaginas.
_ ¿Hobbits que carajos es eso?
_ Si te cuento arruinaría la trama del libro.
_ Bueno, tendré que leerlo entonces.
_ No te arrepentirás ¡léalo cumpazo!
|