Lecciones de vida.
La vida, la verdadera vida, no la de nuestros cuentos, nos da lecciones permanentemente.
Hoy mientras estaba en mi trabajo tuve una lección que no voy a olvidar jamás.
Esta mañana mientras me vestía pensaba que no me veía todo lo bien que solía verme años atrás, es que los años no vienen solos y muchas veces no queremos verlo pero de todos modos fui a trabajar siempre pensando lo mismo pero por la tarde veo que entra una muchacha muy bonita y la atendió uno de mis hijos.
Cuando pasó por la caja me llevé una sorpresa, la joven de unos treinta y cinco años más o menos, tenía casi todos los dedos de las manos con deformidades, unos estaban por la mitad, otros parecía que eran en las puntas de ellos, dos juntos, me impresionó sobremanera pero traté de no mirar.
La muchacha era bonita, con un excelente cuerpo y lo que más me llamó la atención fue su sonrisa y la facilidad con que manejaba su celular al hacernos una transferencia de dinero.
Eso me dejó pensando toda la tarde, si ella que estaba en plena juventud podía reír y ser feliz, a pesar de su problema,
¿Por qué yo no podía conformarme con lo que Dios me dio?
Omenia.