¡Córtame las alas ángel!
cuando en vuelo ya no me pueda sostener,
cuando las ilusiones ya no existan
y en sigilo tibio me veas caer...

¡Véndame los ojos, vida!
si ya no distinguen risa sollozos ni hiel,
y déjame oír el silencio
que en eterna desdicha me hará adormecer...

Y no me abandones ángel...
si mi mirada no es la misma de ayer,
si en mis manos atadas ya no encuentras
el firmamento que una vez te mostré...