No, Merlin!!. No!!, deja de morderme las orejotas, y cuéntame otro de tus sueños.
¿Qué?. ¿Que quieres ir de safarí?
Pero si tan sólo tienes 40 días de vida, antes tienes mucho que aprender. Espera que te cuente perrito-bebé un viejo chiste y me entenderás.
Un tipo se fue a África. Para no sentirse tan solo, decide llevar a su perro, un tierno chihuahua como tú. El primer día del safari, el animal muy contento, se puso a corretear las mariposas, y cuando menos lo espera, ya se había separado del grupo.
El chihuahua, desesperado, comenzó a buscarlos cuando, en eso, ve que una pantera enfurecida se dirige hacia él dispuesta a comérselo.
Asustado, rápidamente piensa qué hacer; ve unos huesos que estaban junto a él y los empieza a morder ferozmente. Justo cuando la pantera lo iba a atacar, el perro exclama:
- ¡Mmmmmm, qué rica pantera me acabo de comer!
La pantera, al escuchar esto, se frena en seco, y huye asustada mascullando:
- ¡Jodido perro, por poco me come a mí también!
En un árbol, estaba un mono cabrón que vio todo lo que había pasado. Éste se baja muy rápido y va tras la pantera para contarle todo lo que vio. Al escuchar aquello, la pantera, muy mosqueada, le ordena al mono:
- Súbete!!, vamos a buscar a ese maldito perro para ver quién se come a quién.
El chihuahua se da cuenta que la pantera viene, con el simio encima, dispuesta a todo. Adivina que el mono fue con el chisme, pero en lugar de correr, se da la vuelta como si no hubiera visto nada y se pone a leer un periódico. Cuando la pantera ya lo iba a atacar, el perro se queja:
-Puto mono de los cojones!!!, hace como media hora que lo mandé por otra pantera, y tengo un hambre, que me comería un elefante.
MORALEJA: EN MOMENTOS DE CRISIS, LA IMAGINACIÓN ES TAN IMPORTANTE COMO EL CONOCIMIENTO, LA AUDACIA MÁS QUE LA FUERZA, Y LA PÉRDIDA DEL MIEDO, PUEDEN CONTRA TODO MAL Y ATAQUE ARTERO.
AHHH....Y NUNCA!, PERO NUNCA!, SEAS TAN HIJO DE PUTA COMO EL MONO. Al cuál se acabó comiendo la pantera.
Bueno!!, este verano te llevo, pero no te hagas ningún selfie como el rey español, con el rifle y el elefante cazado. Te costará el puesto, las críticas animalistas y una manta palos de por vida.
¡Qué manía con matar elefantes!. Con lo que me gasto en dentista, para tener estos colmillos tan brillantes.
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